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Pico y Elote es la primera retrospectiva de Damián Ortega en México. La muestra curada por José Esparza Chong Cuy se presentó por primera vez en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey y actualmente se encuentra en el Palacio de Bellas Artes, el museo más prominente de la Ciudad de México. La obra de Ortega difícilmente se limita a los muros de las galerías. Los materiales que utiliza –ya sea papel, tortillas, partes de autos o herramientas– son la materia prima de la vida fuera del museo. Con motivo de esta importante exposición, kurimanzutto presenta en esta edición de Desde el archivo una selección de proyectos en la que exploramos tres décadas de una práctica artística caracterizada por transformar objetos de la vida cotidiana. 

 

Fundamentos de tortilla

Tortillas Construction Module, 1998 

 

Tortillas Construction Module, 1998 

 

En 1983, cuando Ortega tenía dieciséis años, dejó la escuela formal para forjar su propia educación artística. Se convirtió en miembro activo del Taller de los viernes, un taller gestionado por artistas y fundado por Gabriel Orozco, en el que se discutían textos y referencias de historia del arte. Entre los miembros del taller se encontraban Gabriel KuriAbraham Cruzvillegas y Dr. Lakra. En este taller experimental, los intereses de Ortega poco a poco pasaron de la pintura tradicional a esculturas hechas a partir de otro tipo de materiales como ladrillos y tortillas.

Una estructura compuesta de tortillas entrelazadas titulada Tortillas Construction Module [Módulo de construcción con tortillas] (1998), responde a una de las preguntas de los inicios de la carrera artística de Ortega: “¿Cómo asumir la ‘mexicanidad’ desde un lugar más honesto, más comprometido con la vida diaria y no con una convención de lo que ya no es?”[1]. La expresión artística de la cultura mexicana se vincula muy a menudo con nombres como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, artistas afiliados a la tradición muralista del periodo posrevolucionario en México. ¿Cómo rendir homenaje al pasado sin caer en las expectativas de cómo debe ser el arte mexicano? 

El viaje del vocho

Cosmic Thing (2002) salta a la vista casi inmediatamente al subir por las escaleras principales del Palacio de Bellas Artes. Suspendida del techo del recinto, la obra de gran formato es una explosión en quietud: un Volkswagen Beetle desensamblado con cada una de sus piezas visibles a los espectadores. Cosmic Thing, presentada por primera vez en la 50a Bienal de Venecia de 2003, fue la primera disección flotante que Ortega creó de un objeto, una aproximación por la que ahora es bien conocido y que revela universos que comúnmente pasan desapercibidos.

 

Vista de instalación de Cosmic Thing, 2002, como parte de Il quotidiano alterato en la 50a Bienal de Venecia, 2003

Vista de instalación de Cosmic Thing, 2002, como parte de Il quotidiano alterato en la 50a Bienal de Venecia, 2003

En 1964, Volkswagen abrió una de sus fábricas en el estado de Puebla, México, y vendió cientos de miles de vochos, término con el que coloquialmente se le conoce a este modelo de automóvil en México. Entre 1971 y 2022 los vochos circularon por las calles de la Ciudad de México, insertándose en el imaginario popular, la cultura y la economía mexicana. Los vochos se comercializaron como automóviles que podían ser arreglados por sus mismos dueños, reemplazando sus piezas a partir de las sencillas instrucciones de un manual.[2]

Portada y detalle de Fix Your Volkswagen, 1973

Portada y detalle de Fix Your Volkswagen, 1973

En el Palacio de Bellas Artes, el vocho deconstruido flota de forma imponente, sus partes mecánicas como los huesos de una criatura mítica y antigua, parecida a un dinosaurio en un Museo de Historia Natural. Ortega continuó la Beetle Trilogy (Trilogía del Beetle) transformando el vocho de dinosaurio en ballena y de ballena en héroe enterrado.

Documentación de Escarabajo, Puebla, México, 2005 

Documentación de Escarabajo, Puebla, México, 2005 

En Moby Dick (2004) Ortega concibe al Beetle como la ballena blanca de la novela homónima de 1851. En un estacionamiento, el artista y otros hombres se embarcaron en una lucha de fuerza con un vocho, mientras una banda de rock amenizaba la contienda. La documentación del performance parodia la obsesión del Capitán Ahab por controlar y destruir a la ballena en Moby Dick. Frente al público, Ortega se burla de los estereotipos de masculinidad asociados con el vocho en México, realizando un ejercicio de tira y afloja que satiriza el vínculo entre el hombre y la máquina.

Para cerrar la Beetle Trilogy, el video Escarabajo (2005) sigue el viaje de un Beetle hacia su propio entierro. El vocho de Ortega es el protagonista de otro performance en el que el artista conduce el auto de vuelta a la fábrica Volkswagen en Puebla y lo entierra ceremonialmente, marcando así su lugar de nacimiento y descanso final.

Controller of the Universe

Vista de instalación de Controller of the Universe, en Pico y Elote, Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, 2024

Vista de instalación de Controller of the Universe, en Pico y Elote, Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, 2024

Una explosión congelada de herramientas surge del centro de una de las salas de Pico y EloteController of the Universe [Controlador del universo] (2007) consiste en una amalgama de herramientas manuales y eléctricas que pueden utilizarse para desmontar un coche, construir, cortar o incluso hacer un libro, todos ellos procesos que Ortega ha empleado en su obra.


El título de Controlador del Universo deriva de El hombre, controlador del universo (1934), de Diego Rivera, un mural pintado por primera vez en 1933 en el Rockefeller Center de Nueva York, que fue destruido poco después por orden de J.D. Rockefeller por incluir la imagen del líder socialista ruso Vladimir Lenin. Rivera recreó el mural en el Palacio de Bellas Artes al año siguiente. Por primera vez, estas dos obras se encuentran juntas en el mismo edificio. La explosión abstracta de Ortega supone una reinvención o progresión de la obra de Rivera de 1934.

Diego Rivera,  El hombre controlador del universo [detalle], 1934, Museo del Palacio de Bellas Artes, INBA | D.R. ©️ 2024 Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo. Av. 5 de mayo No. 2, Col. Centro, Del. Cuauhtémoc, C.P. 06000, Ciudad de México

 

Diego Rivera,  El hombre controlador del universo [detalle], 1934, Museo del Palacio de Bellas Artes, INBA | D.R. ©️ 2024 Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo. Av. 5 de mayo No. 2, Col. Centro, Del. Cuauhtémoc, C.P. 06000, Ciudad de México

 

El cúmulo de herramientas que se extienden a izquierda y derecha del Controller de Ortega recuerda a las alas que se despliegan desde la figura central del mural de Rivera. En la obra de Ortega, el uso de martillos y hoces hace referencia al mensaje socialista de Rivera sobre el poder del trabajador. Sin embargo, Ortega centra Controller en las propias herramientas, objetos de la vida cotidiana del trabajador, abstrayendo y renovando el mensaje del muralista. Si una persona se situara al centro de la instalación, se encontraría con una herramienta en cualquier ángulo al que mirara de su alrededor, casi como si estas emanaran de su propio cuerpo: al igual que en el mural de Rivera, las herramientas se convertirían en brazos y alas.

Mexican Utopia

Utopía mexicana II, 2019

Utopía mexicana II, 2019

Entre 2019 y 2021 la materia prima para muchas de las obras de Ortega fueron sacos de cemento de las empresas mexicanas Cruz Azul y Tolteca, que impulsaron el auge de la arquitectura modernista mexicana en la década de 1920. El cemento y las edificaciones que permitió este material simbolizaron una visión esperanzadora y utópica de una nación que emergía tras la Revolución Mexicana. Utopía Mexicana (2019) hace referencia a los trabajadores involucrados en estas construcciones y a su trabajo a menudo invisibilizado. Ortega se inspiró en los uniformes diseñados en la década de 1920 por los artistas constructivistas rusos Varvara Stepánova y Aleksandr Ródchenko. Sus diseños encarnaban los ideales comunistas rusos: los uniformes estaban pensados para que los vistiera cualquiera, identificando a quien los llevara como parte indistinguible del proletariado, difuminando las fronteras de las clases sociales. El título de Ortega, Utopía Mexicana, refleja la tensión entre las esperanzadoras visiones de una revolución utópica y las desigualdades sociales derivadas del desarrollo capitalista en México.

 

Varvara Stepánova, Sportswear Projects, 1920s

Varvara Stepánova, Sportswear Projects, 1920s

Aleksandr Ródchenko, Work-suit Design, 1920s

Aleksandr Ródchenko, Work-suit Design, 1920s

Mexican Coca-Cola

En 120 Jornadas (2020–2023), 120 botellas de Coca-Cola de barro se transforman y moldean en formas radicalmente distintas. En 1921, tras la Revolución Mexicana y el auge del nacionalismo, la botella de Coca-Cola llegó a México procedente de Estados Unidos. Al igual que el Volkswagen Beetle, la Coca-Cola irrumpió en México, integrándose rápidamente en su cultura y economía. Hoy la Coca-Cola mexicana es distinta, ya que se elabora con la fórmula original desarrollada en Estados Unidos, pero utilizando azúcar en lugar de jarabe de maíz. Se podría argumentar que los orígenes de la Coca-Cola están tan estrechamente ligados a México como a Estados Unidos.

 

Vista de Instalación de 120 Jornadas, como parte de Pico y Elote, Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), Monterrey, México, 2023

 

Vista de Instalación de 120 Jornadas, como parte de Pico y Elote, Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), Monterrey, México, 2023

 

Algunas de las esculturas hacen referencia a obras de arte históricas –una tiene un corte limpio en el lateral, que recuerda a las pinturas de corte de Lucio Fontana–, mientras que otras tienen forma de deidades prehispánicas, reconociendo la importancia del barro como material en la historia de México. El título de la obra hace referencia a la película de Pier Paolo Pasolini Salò, o Los 120 días de Sodoma, pero también refleja un aspecto temporal de la obra: se trata de una prueba del trabajo diario de Ortega, quien inventa constantemente nuevas formas de moldear la botella, una línea del tiempo de sus investigaciones artísticas que se despliega ante nuestros ojos.

Book as Sculpture

Vista de instalación del carrito de Alias Editorial, kurimanzutto, Ciudad de México, 2014

Vista de instalación del carrito de Alias Editorial, kurimanzutto, Ciudad de México, 2014

A lo largo de su carrera, Ortega ha mantenido un interés por el mundo editorial y el poder de la distribución. Durante el periodo entre su salida de la escuela y la creación del Taller de los viernes, realizó caricaturas de tinte político para periódicos como La JornadaEl Universal y Motivos. Como parte del grupo de artistas Temístocles 44, colaboró en el fanzine Casper: Revista de título mutable, donde se retomaron textos de arte que fueron compilados junto a los propios ensayos, bocetos, listas de películas y canciones favoritas de Ortega y sus compañeros editores. Este acercamiento al mundo editorial sentó las bases para Alias Editorial, un proyecto independiente, fundado en 2006, dedicado a traducir libros al español y distribuirlos en México, Latinoamérica y España.[3]

Al haberse formado artísticamente de manera autodidacta, a través de Alias, Ortega busca compartir sus hallazgos con otros, eligiendo libros de artistas y escritores a los que admira –Cildo Meireles, John Cage, Eva Hesse, Yoko Ono, entre otros– los cuales fueron formativos en su proceso de aprendizaje. La colección Antítesis, una rama de Alias Editorial, reúne obras de artistas y pensadores como Helioflores, Melquiades Herrera y Minerva Cuevas, que han desarrollado sus prácticas independientemente de la corriente dominante.

Libros de Alias Editorial

 

Libros de Alias Editorial

 

En cada material u objeto existe la oportunidad de jugar, desmontar y transformar; en cada herramienta, la capacidad de conseguirlo. Al incorporar objetos de su vida cotidiana, Ortega desafía las expectativas de cómo debe ser el arte mexicano, estableciendo una expresión artística que reinventa la forma en que vemos lo ordinario. Es posible que la próxima vez que nos encontremos con una tortilla, un martillo, un vocho o una botella de Coca-Cola, los veamos como obras de arte en potencia. Disfrutar de Pico y Elote en un espacio tan icónico como el Palacio de Bellas Artes resulta muy acertado: las obras de Ortega establecen un diálogo con las paredes de mármol que las rodean porque están hechas de y sobre México.

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[1]Maria Olivera, "Damián Ortega: El Juego Del Espacio." La Tempestad, 24 de abril de 2024. https://www.latempestad.mx/damian-ortega-el-juego-del-espacio/.
[2] Anna Indych-Lopez, "Cosmic Thing: DIY in CDMX with Dr. Anna Indych-Lopez," Serie de ponencias de Historia del Arte en la Universidad de Texas, Austin, 26 de enero de 2023.
[3] Damián Ortega, "Alias Editorial: Un Proyecto De Damián Ortega." Alias Editorial. https://aliaseditorial.com/alias-un-proyecto-editorial-de-damian-ortega/.