Esta es la primera revisión exhaustiva en Ciudad de México de uno de los artistas mexicanos contemporáneos con mayor trascendencia internacional. La exposición compuesta por más de 80 obras, producidas desde la década de los noventa hasta el presente, sitúa el trabajo de Damián Ortega en un periodo crucial de la historia reciente de México, marcado por la apertura económica del país a la inversión extranjera y el auge de la manufactura industrial. Las instalaciones, esculturas, fotografías, películas y tejidos presentados en la exposición reflejan la constante preocupación del artista por los cambios socioeconómico y políticos dentro del contexto globalizado.
La muestra, bajo la curaduría de José Esparza, es una itinerancia del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) estructurada en tres ejes curatoriales que se repiten de manera cíclica dentro del recorrido de la exposición: cosecha, ensamblaje y colapso.
Estos temas no solo aluden a ciclos, sino que sugieren la amplia visión del artista en torno al trabajo y a la producción en masa.
cosechar
Se destaca el complejo trabajo que requiere el cultivo del maíz al capturar sus significados culturales, advirtiendo sobre los riesgos asociados al uso de transgénicos. Pico cansado y Elote clasificado son dos piezas cruciales para entender los impulsos y obsesiones del artista con la cultura social y material del trabajo.
ensamblar
En la obra de Ortega, las herramientas rudimentarias que se usan para preparar y cosechar la tierra puede verse como análogas al inicio e un nuevo lenguaje. Al alterar objetos prefabricados (readymade), los sencillos instrumentos con los que Ortega trabajó en sus primeras obras escultóricas adquieren una vida propia.
colapsar
El artista aborda la amenaza de catástrofes ambientales derivadas de condiciones laborales precarias y la extracción indiscriminada de los recursos naturales, para lo que recrea escenarios distópicos que funcionan como advertencia de las fuerzas destructivas del sistema de producción globalizado.
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