Para su primera exposición individual en la nueva sede de kurimanzutto en Nueva York, Abraham Cruzvillegas (1968) presenta Little Song. Colgadas del techo y paredes, tendidas en el suelo de la galería o unidas en el espacio, nos encontramos con formas geométricas moldeadas en yeso y recubiertas de cera de abeja, con objetos personales y de proyectos anteriores incrustados y emergiendo de su interior. Capullos de mariposa utilizados en danzas rituales, redes de pesca tejidas en Michoacán, puros cubanos a medio fumar, un corcho del champagne de una cena y algunas baquetas presentan un archivo en fragmentos de la vida de Cruzvillegas.
Con motivo de Little Song, en esta cuarta edición de la serie Desde el archivo, la galería se complace en compartir una selección de proyectos formativos en la carrera del artista. Instamos al público a acercarse a la obra de Cruzvillegas como una invitación al aprendizaje participativo y colectivo, resultado del intercambio de experiencias, tanto del artista, como de aquellos contextos en los que se presenta su obra.
Horizontes, 2005
Las esculturas que forman parte de Little Song fueron creadas a lo largo del año pasado en el nuevo estudio de Cruzvillegas en la Ciudad de México, su primer estudio permanente en casi dos décadas. Residuos de su archivo se complementan con nuevos experimentos para lograr su característica paleta de colores rosa y verde. Entre el yeso y la cera, los espectadores pueden encontrar tonos rosados y verdes, resultado de la trituración de moras frescas y de la oxidación del cobre de cables encontrados en la calle, monedas de un centavo y restos de tuberías. Estos dos colores hacen referencia a la bandera de la escuela de samba de la favela Mangueira, en Río de Janeiro, que Cruzvillegas conoció en 2003, durante una visita al lugar donde el artista brasileño Helio Oiticica aprendió a bailar samba.
La primera instalación a gran escala en donde incorporó los colores rosa y verde fue Horizontes (2005). Antes de marcharse de la Ciudad de México para realizar una residencia artística en el Atelier Calder de Saché (Francia), el artista pintó todo lo que había en su estudio (incluida su ropa, pero no sus libros) mitad verde mate y mitad rosa brillante. Para su primera presentación en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) en 2005, y su segunda en la Trienal de Turín 2006 en Italia, los 266 objetos –cuchillos, botas, escurridores de platos, entre otros– se esparcieron por el suelo de las galerías, formando una espiral. El encuentro de estos tonos, contrastantes y complementarios a la vez, formaban una línea en cada objeto, un horizonte. Cruzvillegas dejó atrás sus pertenencias para que formara parte de la experiencia de otros, además de crear espacio para encontrarse con futuros horizontes al otro lado del Atlántico.
Autoconstrucción: London Suite, 2007
La visita a Mangueira marcó un cambio en la práctica artística de Cruzvillegas. La favela le recordaba al barrio donde creció en la colonia Ajusco, en los campos de piedra volcánica de Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. "Viajé tanto para llegar a mí mismo", menciona el artista. La inspiración que encontró en la autoconstrucción –práctica de construir una vivienda a partir de los materiales que se tienen a la mano– de Mangueira y la zona de Ajusco, lo llevó a generar un proyecto que sigue siendo el núcleo de su práctica. Cruzvillegas adapta el concepto de autoconstrucción a la producción de su obra a través de un proceso de improvisación con materiales encontrados y locales.
Una de las primeras manifestaciones de autoconstrucción en su obra se encuentra en Autoconstrucción: London Suite (2007), realizada en colaboración con alumnos de la Edmund Waller Primary School y expuesta en la South London Gallery en 2007. La estructura en "T" de la pieza, formada con trozos de madera encontrados y clavados, hace referencia a la casa de la infancia de Cruzvillegas. Las vigas de madera suspendidas horizontalmente del techo se ven adornadas con cristales de botellas rotas, como suele usarse en el remate de los muros en construcciones de la zona del Ajusco y otras partes de México, con el fin de ahuyentar a posibles intrusos.
Para el proyecto, Cruzvillegas pidió a los veinte estudiantes de primaria que seleccionaran un objeto basado en sus principios de autoconstrucción:
ENCUENTRA ALGO:
ÚTIL (NO IMPORTA PARA QUÉ)
SIN VALOR
LIBRE DE EMOCIONES
NATURAL
PRODUCIDO INDUSTRIALMENTE
NUEVO
USADO
GRANDE
DEL TAMAÑO DE TU MANO
NI FEO, NI BONITO, SOLO UN OBJETO PARA:
CONSTRUIR
CLASIFICAR
IMPROVISAR
TRANSFORMAR
ADAPTAR
PERSONALIZAR
DEFENDER
LIBERAR
DEJA QUE SE SUSPENDA INDEFINIDAMENTE
Veinte objetos, entre ellos una piña, una correa de perro y un sobre de embalaje usado, se colgaron de la estructura. En esta obra temprana, Cruzvillegas sitúa su historia local en un contexto internacional, al tiempo en que invita a los demás a conectar con su propia historia, a través de las personas y los objetos que les rodean.
Autoconstrucción: The Soundtrack, 2008
Además de la apropiación material, Cruzvillegas presenta el trabajo colaborativo como uno de los principales ejes de autoconstrucción y de su práctica en general. Como parte de su residencia en Cove Park, Escocia, creó AC Mobile (2008), que posteriormente se expuso en el Centre for Contemporary Arts (CCA) de Glasgow. Un ingenioso uso de materiales encontrados componen la bicicleta de cinco ruedas construida por el artista en una tienda de bicicletas de Glasgow, que gestionaba un programa social en entornos desfavorecidos. Con un sistema de sonido y una cámara adaptados al vehículo, Cruzvillegas recorrió la ciudad reproduciendo canciones que escribió sobre su forma de entender la autoconstrucción en la colonia Ajusco. Al ser un ávido oyente de música, se inspiró en la omnipresente escena musical de Glasgow para aprender a escribir sus propias letras. Cada canción del álbum Autoconstrucción fue grabada por bandas locales, como Yoko, Oh No!, que interpretó "Concrete Mix (For an Acid House)".
La cámara documentó los paseos de Cruzvillegas por las calles Glasgow, que finalmente se proyectaron desde la bicicleta en las paredes de la exposición. Los visitantes pudieron montar la bicicleta dentro de la galería y presenciar un retrato colectivo de Glasgow a través de la lente de la autoconstrucción. Al igual que el uso del rosa y el verde después de visitar Mangueira, la escritura de canciones siguió impregnando su obra tras su residencia en esta ciudad.
AC Mobile ha sido expuesta en numerosas ocasiones, entre ellas la exposición The Autoconstrucción Suites, organizada por el Walker Art Center de Mineápolis (2013), que viajó a Haus der Kunst, Múnich (2014); Museo Jumex, Ciudad de México (2014–15); y Museo Amparo, Puebla, México (2014–15).
Autoconstrucción, 2010
En 2010, Cruzvillegas trajo la autoconstrucción de vuelta a casa para su primera exposición individual en kurimanzutto, en su actual espacio en la colonia San Miguel Chapultepec, Ciudad de México. A través de una representación escénica y colaborativa, creó un diálogo entre artes visuales, música y teatro para contar una historia en el entorno de la colonia Ajusco.
Para Autoconstrucción, Cruzvillegas creó la escenografía y utilería, el dramaturgo y director teatral mexicano, Antonio Castro, dirigió a los cuatro actores, y el compositor mexicano, Antonio Fernández Ros, escribió la partitura musical para cinco intérpretes. El público era testigo de la transformación de los actores -una ama de casa, un estudiante, un obrero y un político- en tanto que sus acciones se construían en paralelo a la improvisación e inestabilidad de los edificios y la ciudad que ocupaban. Esta representación teatral de la autoconstrucción mantiene el énfasis en la colaboración y la comunidad, aspecto fundamental en la práctica de Cruzvillegas, donde la identidad individual y colectiva se entrelazan con la identidad del lugar. "El verdadero significado de la autoconstrucción es la construcción del yo", explica el artista, "la cual es un proceso inacabado".
Empty Lot, 2015–2016
Cruzvillegas volvió a incorporar los característicos principios de su proyecto de autoconstrucción para su instalación Empty Lot en la Turbine Hall del Tate Modern en 2015. La base de la estructura geométrica sostenía una plataforma con 240 macetas triangulares, iluminadas por farolas y regadas a diario, que contenían 23 toneladas de tierra recogida de parques de toda la variopinta ciudad de Londres. Aunque no se plantó nada en la tierra, se dispusieron las condiciones ideales para facilitar cualquier crecimiento de vegetación, en función de la composición preexistente del suelo.
Desde el puente suspendido de la Turbine Hall, los visitantes pudieron contemplar la obra en distintas fases, a lo largo de los seis meses que duró la instalación. La tierra de cada maceta tenía una textura y un origen únicos, lo que dio lugar a un tapiz vegetal de variadas voces y relatos provenientes del diverso paisaje cultural de Londres. La naturaleza evolutiva e impredecible de Empty Lot suscitó amplias conversaciones sobre la potencia del crecimiento y la transformación colectiva.
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Autorreconstrucción: insistir, insistir, insistir, 2017–2019
Además de las diversas manifestaciones de su proyecto autoconstrucción, Cruzvillegas también ha explorado conceptos relacionados, incluida la autorreconstrucción. En 2017, Cruzvillegas colaboró con la artista y coreógrafa argentina Bárbara Foulkes en Autorreconstrucción: insistir, insistir, insistir, que se presentó en La Pista, Ciudad de México; The Kitchen, Nueva York (2018); Art Basel, Miami (2018); y La Tallera, Cuernavaca, México (2019). Cruzvillegas realizó un montaje escultórico a gran escala con objetos cotidianos que se suspendió del techo. Para el performance, el cuerpo de Foulkes, así como el de otros ejecutantes, se colgó a la escultura por medio de un arnés.
La escultura y el cuerpo bailan a través de una serie de acciones coreográficas que se desarrollan, al tiempo en que suenan piezas improvisadas de músicos mexicanos, como las del intérprete de danza tradicional y de jarana huasteca Andrés García Nestitla y del percusionista y compositor Diego Espinosa. Al final de la representación, la escultura se desploma sobre el suelo, y la escalera, las sillas y las lonas vuelven a asumir su identidad. Este performance pone de manifiesto la inestabilidad entre la estructura escultórica colgante y el cuerpo, ambos controlados por las limitaciones de la gravedad y la suspensión. Sin embargo, a través de sus siguientes iteraciones, Autorreconstrucción insiste también en el hecho de que la destrucción sólo conduce a la reconstrucción de algo nuevo.
Autorreconstrucción: Social Tissue, 2018
Cruzvillegas tiene una licenciatura en Pedagogía por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), disciplina que sigue siendo fundamental en su trabajo artístico. Como ejemplo de esto, en Autorreconstrucción: Social Tissue en la Kunsthaus Zürich, el espacio expositivo se convierte de nuevo en un lugar de experiencias vivas. Aquí, el espacio se deja abierto para una serie de interacciones sociales, a través de performances y talleres con la comunidad local e invitados.
A lo largo de cinco semanas, se produjo un intercambio de conocimientos a través de eventos que incluían proyecciones de películas, talleres de arte, tardes en patineta y conciertos. Las esculturas que Cruzvillegas creó a partir de materiales encontrados –muchos de ellos pintados de rosa y verde– fueron activados durante la exposición, dependiendo de las necesidades de cada evento. Autorreconstrucción demuestra el persistente interés del artista por utilizar el espacio de diversas formas y, más aún, por reflexionar en cómo estas nuevas formas se conciben colectivamente, más que individualmente.
Song, 2020
La escritura, en particular de canciones, se ha convertido en un elemento importante del trabajo de Cruzvillegas desde su proyecto Autoconstrucción: The Soundtrack (2008) en Glasgow. Cruzvillegas asocia la escritura con la autodestrucción, un complemento de la autoconstrucción, que utiliza diversos medios para examinar críticamente la capacidad de improvisación en su propia obra.
Para Song, performance realizado en La Maison de Rendez-Vous de Bruselas (Bélgica), Cruzvillegas se centró en el aspecto deconstructivo de su obra a través de la canción. Invitó a las galerías que lo representan a enviar una breve descripción de su obra, a partir de la cual escribió la letra de una canción. La interpretación de esta se realizó en colaboración con amigos cercanos: el diseñador y músico Alberto Cabrera y el artista visual Gabriel Kuri, quienes improvisaron con la batería. Los intérpretes estuvieron rodeados de público y de collages que Cruzvillegas hizo basándose en la letra de la canción.
Rastrojo, 2021
En Rastrojo, parte del proyecto colectivo Siembra, en kurimanzutto, Ciudad de México, Cruzvillegas expuso tres esculturas similares pero distintas, que colgaban como móviles en la galería. Las esculturas estaban formadas por materiales reconfigurados de proyectos anteriores, como las esponjas marinas pintadas de rosa, que utilizó para su exposición en The Breeder, Atenas, y que también aparecen de nuevo en Little Song (2023).
Los objetos se convierten en vínculos entre encuentros que desencadenan nuevos significados. Cruzvillegas invitó a los visitantes a activar las esculturas. De forma similar a Autoconstrucción: The Soundtrack (2008), algunos músicos interpretaron canciones escritas por Cruzvillegas, basadas en la música tradicional huasteca. La Grandiosa, una banda de músicos callejeros que comparte serenatas cotidianas por las calles de la colonia San Miguel Chapultepec, también fue invitada al interior de la galería para tocar sus instrumentos de viento. Cruzvillegas concibe Rastrojo y todas sus obras en constante evolución, inherentemente sujetas a modificaciones y transformaciones, derivadas de la naturaleza de su materialidad y existencia dentro de un mundo dinámico.
Three times three triangles together, 2022
El año pasado, Cruzvillegas participó en la Okayama Art Summit 2022 en Japón, Do We Dream Under the Same Sky (Soñamos bajo el mismo cielo), curada por el artista Rirkrit Tiravanija. De las ramas de los árboles del santuario de Okayama colgaban botellas de agua de plástico rellenas de yeso pintado, la mitad de verde y la otra mitad rosa, así como cintas rosas y verdes que formaban un bucle alrededor de la estructura del edificio. El artista también interpretó Three times three triangles together en tres zonas a lo largo del río Asahi, en la ciudad de Okayama. Durante este performance, interpretó una versión suya de una canción tradicional que cuenta la historia de Momotaro, un héroe popular local del folklore japonés. La letra está contada desde la perspectiva de los amigos animales de Momotaro, que comparten historias ficticias sobre sus aventuras a lo largo del río.
El año pasado, Cruzvillegas participó en la Okayama Art Summit 2022 en Japón, Do We Dream Under the Same Sky (Soñamos bajo el mismo cielo), curada por el artista Rirkrit Tiravanija. De las ramas de los árboles del santuario de Okayama colgaban botellas de agua de plástico, pintadas mitad de rosa y mitad de verde y rellenas de yeso, así como cintas rosas y verdes que formaban un bucle alrededor de la estructura del edificio. El artista también interpretó Three times three triangles together en tres zonas a lo largo del río Asahi, en la ciudad de Okayama. Durante este performance, cantó una letra original que cuenta la historia de Momotarō, un héroe popular en el folklore japonés. La letra está escrita desde la perspectiva de los amigos animales de Momotarō, que comparten historias ficticias sobre sus aventuras a lo largo del río.
En consonancia con su espíritu de colaboración e intercambios interculturales, Cruzvillegas y jóvenes artistas locales llevaron a cabo el concurso de caligrafía Untitled calligraphy contest (2022) en la Tenjinyama Cultural Plaza, donde interpretaron juntos la letra de Three times three triangles together.
En consonancia con su espíritu de colaboración e intercambios interculturales, Cruzvillegas y jóvenes artistas locales llevaron a cabo el concurso de caligrafía Untitled calligraphy contest (2022) en la Tenjinyama Cultural Plaza, donde interpretaron juntos la letra de Three times three triangles together.
Little Song, 2023
El 16 de mayo, Cruzvillegas invitó al público a entrar a su exposición Little Song en kurimanzutto, Nueva York. Se animó a los espectadores a permanecer de pie, sentarse en el suelo o apoyarse en una pared, mientras presenciaban cómo el artista activaba la instalación mediante la lectura de algunas de sus canciones. Cruzvillegas, de pie y dentro de la red de pesca que forma parte de una de sus obras, recitaba poesía mientras bailaba, aplaudía y hacía ruidos por el micrófono: "No tires las botellas ni los tapones porque solo Dios sabe para qué los utilizaremos, tal vez para remachar, tal vez para clavar, tal vez simplemente para ponerlos en lo alto de un muro".
La obra de Cruzvillegas trata el arte de las transformaciones cotidianas, ya sea una moneda de cobre que se vuelve verde cuando se deja demasiado tiempo en el bolsillo de una chaqueta, o una mora que se convierte en moho. Cada objeto tiene su propia narrativa: son testigos de acontecimientos, adquieren experiencias, conservan recuerdos y vuelven a formar una nueva identidad como parte de Little Song. En este proyecto, vemos el intento de Cruzvillegas por sintetizar, aprender y desprenderse de las narraciones de los objetos que se mantuvieron ocultos en cajas sin tocar.
Como espectadores, somos testigos de la transformación en los objetos y el artista: un artista que canta sus propias letras, dentro de su propia obra de arte, construida con sus propias manos. Sin embargo, Little Song es también una reunión entre amigos. Todos los proyectos y colaboraciones que conducen a este momento se construyen y emanan de la obra y del artista.
La práctica de Cruzvillegas es una celebración continua con una invitación abierta.