kurimanzutto inauguró la primera exposicion de Damian Ortega el 9 de abril, 2011 y concluyó el 14 de mayo, 2011.

Durante más de 5 años, Damián Ortega repartió su tiempo, trabajo y percepciones, entre México —ciudad donde reside actualmente— y Berlín. Estos traslados, espaciados pero frecuentes, han sido determinantes de un permanente extrañamiento, o dicho en otros términos, un constante estado de descubrimiento para este artista.

The Stranger, una película realizada para esta exposición, es una alegoría que presenta a un sujeto alienígena quien circunstancialmente aterriza en un pequeño poblado en el estado de Morelos al sur del Distrito Federal. Preparado para las contingencias de su aventura, este personaje viaja equipado con toda suerte de herramientas e instrumentos de medición, con la certeza de que en su futura misión acumulará cálculos y cuantificaciones y, así, podrá trasladar la experiencia a su lugar de origen. Una situación carnavalesca y desarticulada, será la ocasión para que el protagonista —quien comparte pantalla con dos músicos de la reconocida Banda de Tlayacapan— resulte inmerso e integrado en una atmósfera tan sui géneris.

Ortega ha expresado en varias ocasiones su interés por la mecánica y la ingeniería en sus manifestaciones más elementales. Esta exposición “pone en funcionamiento” el reconocimiento de formas y objetos ordinarios, no obstante vistos como vernáculos, que provienen de este constante tránsito entre ciudades. Dichas configuraciones destacan de entre la cotidianidad y sirven de pretexto al artista para generar ejercicios escultóricos y pictóricos que evidencian sus sistemas híbridos de clasificación, en los que una roca y un brazo mecánico pueden homologarse desde una cierta perspectiva.

En uno de los muros laterales de la nave encontramos un mural-dibujo-muestrario, junto con una mesa de trabajo donde un amplio conjunto de brochas y pinceles se presentan en perfecta disposición. Sonido grafo es un catálogo de calidades gráficas, donde el artista repite mecánicamente una misma acción física —trazo o caligrafía— en la que no hay expresividad ni gesto subjetivo de por medio, sino que el ejecutante es una pieza más del dispositivo elevador de tijera/mano.

En 2005, Ortega realizó Elote clasificado, una mazorca de maíz en la que cada grano fue minuciosamente enumerado: una especie de ironía respecto al propósito ordenador y estabilizador del taxonomista frente a un elemento cambiante y vivo. Muro elote evoca aquella obra y también las prácticas científicas modernas que se valieron del uso de moldes y vaciados, gracias a los cuales dejaba de importar si el “objeto de estudio” se degeneraba, pues era reemplazado con su representación: un objeto estable y menos caprichoso que el natural. La ironía se duplica en esta pieza donde el escultor señala una especie de composición fractal, visible en los dientes de maíz y en las paredes edificadas con la técnica tradicional a base de bloques de adobe —una mezcla de lodo, paja y estiércol secada al sol, utilizada en lugares cálidos, mismos donde el cultivo de maíz prosperó—, excepto que cada elemento es único y diferente.

La presencia de elementos modulares, empleados en la construcción de viviendas y conjuntos habitacionales, y estructuras afectadas por condiciones azarosas es constante en la obra de Ortega. Asentamientos, una escultura que puede verse como modelo a escala o como globo terráqueo, sugiere un esquema sobre el proceso orgánico de crecimiento del sur de la Ciudad de México, ante la proliferación de casas improvisadas con materiales locales fáciles de ser transportados sin el uso de máquinas y alzadas sobre peñascos, considerados zonas de reserva ecológica.

A manera de postales vivientes, que describen y condensan un paisaje, o de levantamientos topográficos, sinécdoque de un lugar, Mutter erde / Vater land son fragmentos extraídos y desplazados desde la ciudad de Berlín, como si Ortega intentase portar sus hábitos y con ello arraigarse, sin importar su localización física.

Conformada por una diversidad de ampliaciones o despliegues de la óptica de Damián Ortega, entre la nostalgia y la perplejidad, la exposición registra las diversas estrategias del artista para re-enfocar una realidad reiterativa pero móvil y en inevitable renovación.

Damián Ortega (Ciudad de México, 1967).

Sus principales exposiciones individuales son: New Commission for The Curve, Barbican Center, Londres (2010); Damián Ortega: Do It Yourself, ICA Boston (2009); Damián Ortega, Centre Pompidou, París (2008); Man is the Controller of the Universe, DAAD Gallery, Berlín (2007); Nine Types of Terrain, White Cube, Londres (2007); Damián Ortega: The beetle trilogy and other works, REDCAT, Los Ángeles (2005); Damián Ortega, Kunsthalle Basel, Basilea (2004); Moby Dick, kurimanzutto, Ciudad de México (2004); Spirit and Matter, White Cube, Londres (2004); Damián Ortega, Galeria Fortes Vilaça (2003) y Cosmic Thing, ICA Philadelphia (2002). En 2006 obtuvo el programa de residencia de artistas DAAD en Berlín. En 2007, fue nominado a Preis Der Nationalgalerie fur junge kunst.

Vive y trabaja en la Ciudad de México.