Después de su exposición debut en kurimanzutto en 2009, Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla regresan con proyectos recientes que exploran la voz en sus diferentes facetas y su potencial como vehículo de significado, pensamiento y presencia.

En el centro de la galería se sitúa la instalación Intervals, que consiste en una configuración de atriles de acrílico transparente que sirven de soporte escultórico para colocar huesos de dinosaurio y recrear la altura a la que hubieran estado en los esqueletos de los animales correspondientes. En lugar de un libro o notas que el orador utiliza comúnmente para dar su discurso, se encuentran los restos minerales de especies extintas mucho tiempo atrás. Estos objetos, que de otra forma permanecerían mudos, adquieren poéticamente la posibilidad de ser leídos como textos primarios tridimensionales, que inscritos en el registro geológico pueden decirnos algo sobre nuestra propia fragilidad. La opacidad de los huesos de dinosaurio guía la atención hacia la narrativa oculta en el material traslúcido de los atriles plásticos. Comúnmente se les asocia con la transparencia y accesibilidad a las ideas expuestas en un discurso, y tendemos a olvidar sus orígenes petroquímicos que se derivan de la descomposición de plantas y animales enterrados en la corteza de la tierra durante la misma era que los dinosaurios. En el contexto del creciente entendimiento sobre los peligrosos efectos tóxicos de los productos petroquímicos en los seres vivos y el ecosistema terrestre, la instalación Intervals presenta evidencia del último evento de extinción masiva que expresa una voz de consciencia sobre nuestro futuro colectivo.

Entre los atriles de la instalación Intervals se desarrolla el performance Lifespan — una colaboración entre los artistas y el compositor estadounidense David Lang, que en esta ocasión interpreta el grupo mexicano ÓNIX Ensamble. Tres vocalistas silban hacia una roca de 4 billones de años suspendida del techo, que logran mover sutilmente con la fuerza de su respiración como si fuera un péndulo. Lang describe esta composición como “ligera impredecible, como el aire... todas las ideas musicales comienzan con un líder designado y se pasan entre todos los intérpretes, en el sentido de las manecillas del reloj; se traslapan, aceleran y des-aceleran de manera impredecible... debe tener un cierto aire de salvajismo. Esta no es una pieza suave”. Lifespan comienza con uno de los intérpretes que sopla silenciosamente en respiros largos y lentos, para después pasar a los fonemas “f”, “sh” y “th”. Entonces los silbidos empiezan a variar en tono y duración, seguidos por exhalaciones explosivas con espacios largos entre ellas y más tarde con el silbido más agudo posible. Continúan en este patrón hasta llegar a un glissando descendiente en el que todos comienzan a ir más despacio y a silbar silenciosamente. Entonces el líder sopla, otra vez salvaje y agitado, mientras los otros continúan silbando y se van uniendo con soplos explosivos, después cambian al fonema “f”, y finalmente soplan silenciosamente respiros largos y lentos igual que al inicio del performance. La antigua roca, procedente de un tiempo en el que no había testigos vivos de la transformación geológica del planeta, regresa a su estasis original.

Interludes explora lo que puede hacerse de la voz cuando el lenguaje se deja fuera. Este trabajo sonoro activa el espacio físico a través de un medio etéreo y efímero: la respiración. Interludes está basada en grabaciones sonoras de la Sigma Sound Studios Collection, provenientes de los archivos de audio de la Universidad de Drexel que los artistas estudiaron para una exhibición en el Philadelphia Museum of Art en 2014. Los Sigma Sound Studios se fundaron en 1968 y estuvieron asociados con el “Philadelphia soul”, género que sentó las bases para el disco y el smooth jazz y se caracterizó por grandes producciones de cuerdas y metales mezcladas con vocales pop. Además, fueron el primer estudio de grabación en utilizar consolas automatizadas que permitían que la consola recordara los ajustes del ingeniero de audio durante el proceso de edición de post-producción. Mientras que estos avances tecnológicos dieron pie a grabaciones cada vez más sofisticadas, ciertos elementos de la interpretación sin pulir se sacrificaron en el proceso, incluyendo la presencia física de los músicos. En particular, Allora & Calzadilla descubrieron que los sonidos de las respiraciones de los vocalistas usualmente se editan de las pistas vocales durante la mezcla, de manera que no se escuchen en la grabación final una vez masterizada. Ellos decidieron restaurar estas omisiones en una secuencia sonora que al reproducirse en un equipo de audio evoca la composición original y presencia física de los cantantes.

Por último se encuentra la pieza Solar Catastrophe, una cuadrícula hecha de fragmentos rotos de silicon policristalino. Las pausas, rupturas e interrupciones dentro de la composición crean un patrón gestalt entre la forma y el fondo. El resultado es el trazo de una frontera entre la nada y el significado, que conjura el eco de una voz para permitirles a estos objetos inanimados enunciar la elipsis.

Sobre los artistas

Jennifer Allora (n. 1974, Philadelphia) y Guillermo Calzadilla (n. 1971, Havana) colaboran desde 1995. Su obra ha sido exhibida recientemente en Philadelphia Museum of Art, la Fondazione Nicola Tussardi en Milán y en el Museum of Modern Art de Nueva York. Representaron a los Estados Unidos en la 54a Bienal de Venecia. También han participado en Documenta 13, y en varias ediciones de las bienales de Venecia, Gwangju, Lyon, y Sao Paulo. En septiembre del 2015 inauguraron Puerto Rican Light (Cueva Vientos), una instalación in-situ a largo plazo con la Dia Art Foundation en Guayanilla–Peñuelas, Puerto Rico. Esta es la primera instalación de larga duración comisionada por Dia fuera de los Estados Unidos desde 7000 Eichen (7000 Oaks) de Joseph Beuys en Kassel, Alemania, en 1982.

Allora y Calzadilla viven y trabajan en San Juan, Puerto Rico.

Invitados especiales para el performance Lifespan

ÓNIX Ensamble es un premiado grupo de intérpretes mexicanos dedicados a difundir lo mejor de las nuevas tendencias de la música actual. Cada uno de sus miembros encarna la experiencia y trayectoria internacional de un virtuoso solista en beneficio de un colectivo sonoro que ha sido aclamado por la crítica especializada como único en Latinoamérica, excepcional...hipnótico... de gran fuerza expresiva y musical (Classical Music Review). ONIX fue fundado en 1995 por Alejandro Escuer con el fin de fomentar una visión de la música que sea incluyente y respetuosa de la diversidad cultural que vive el mundo contemporáneo, ofreciendo un panorama continental concentrado especialmente en la música de América, desde la Argentina hasta Canadá.

Sus conciertos suelen incluir obras que ningún otro grupo en el mundo difunde, dando a conocer descubrimientos y propuestas originales frecuentemente influenciadas por la literatura, el teatro, las artes plásticas y la tecnología. Además, ÓNIX favorece géneros que fusionan la música clásica con otras músicas y estéticas del mundo –tal y como lo hizo Igor Stravinsky y Béla Bártok durante el siglo XX, propiciando puentes de comunicación y nuevos caminos de expresión característicos de las tendencias eclécticas, multiculturales y posmodernas de la actualidad.

Presentaciones de Lifespan, performance por ÓNIX Ensamble:

Jueves abril 7, 7:45, 8:30 y 9:15 pm

 Jueves | 7pm

Viernes | 1:30 pm

Sábados | 12 y 1:30 pm

 ÓNIX Ensamble son:

Abel Romero, violín

Alejandro Escuer, director

Edgardo Espinosa, violoncello

Edith Ruiz, piano

Fernando Domínguez, clarinete

Iván Manzanilla, percusiones

Artistas invitados:

Arturo Fernández Capur, composer

Boglárka Nagy, saxofonista

Eduardo Partida del Llano, compositor

Emil Rzajev, clavecín

Hector Murrieta, guitarrista

Jean Angelus Pichardo, compositor

Jorge Alberto Birrueta Rubio, guitarrista

Jorge Hoyo, saxophone

Marina Tomei, guitarrista

Yunuén Tripp Pineda, compositora