Durante los primeros dos meses de la pandemia Miguel Calderón buscó refugio en donde vivía su abuelo en la costa de Guerrero. Buscando protección del sol para poder dibujar durante el día Calderón se instalaba debajo de las palmeras colindantes hasta que comenzó a ver que los cocos ocasionalmente caían y explotaban en el suelo violentamente. Incluso, un señor local le advirtió sobre los peligros de morir por la caída de un coco. El dato despertó su curiosidad y descubrió que era estadísticamente más probable morir a causa de un coco que por un ataque de tiburón. Encontró irónico que al resguardarse en la costa despoblada, al tratar de escapar de un peligro se enfrentó con otro; mirar las palmeras y pensar en la idea de morir aplastado por un coco le provocaban a la vez un sentimiento melancólico y una risa nerviosa. La serie de dibujos y acuarelas Amenaza cocotera surgió de sus reflexiones asociadas a la ironía de escapar de una pandemia para encontrarse bajo la amenaza de morir por una causa aparentemente ridícula y de la práctica rutinaria de pintar durante el día para poder lidiar con la incertidumbre. Para esta segunda parte de la exposición de Miguel Calderón en Siembra, se presentará una selección de su serie de acuarelas.