El cineasta ruso Serguéi Eisenstein (1889-1948) dibujó desde niño, una faceta conocida de su quehacer artístico; sin embargo, se desconocía su producción de dibujos eróticos, muchos de los cuales realizó durante su estancia en México (1931-1932) cuando filmaba ¡Que viva México!, película que quedó inconclusa. Algunos están trazados sobre papel membretado del Hotel Imperial, ubicado en el Paseo de la Reforma.