En su primera exposición individual en kurimanzutto, Leonor Antunes continúa las exploraciones sobre el legado de diferentes creadoras del siglo XX que han sido referencias para la artista portuguesa a lo largo de su carrera. La vida y obra de figuras complejas como Anni Albers (1899–1994), Clara Porset (1895–1991), Eileen Gray (1878–1976) Léna Meyer-Bergner (1906–1981) o Lina Bo Bardi (1914–1992) son la materia que Antunes estudia, recrea y luego presenta en objetos esculturales que hacen eco a esta generación de artistas y diseñadoras de años atrás. Para la exposición en la galería, Antunes mira la vida y obra de Léna Meyer-Bergner durante su residencia en México de 1939 a 1947.
Meyer-Bergner fue una artista y diseñadora textil integrante de la segunda fase de la Bauhaus (Dessau, 1923–1925) quien, después de vivir varios años en la Unión Soviética donde trabajó para el Plan Quinquenal, se mudó con su marido el arquitecto Hannes Meyer (1889–1954) a México en 1939. Desde los primeros años, la pareja formó parte del Taller de Gráfica Popular durante casi una década y juntos utilizaron el diseño y el arte como herramientas para luchar contra del fascismo en el México de los años cuarenta. Los diseñadores también participaron en la creación de planes educativos para comunidades indígenas, diseños de escuelas y la publicación de libros sobre innovación pedagógica y catálogos del Taller de Gráfica Popular entre muchas cosas más. Igualmente iniciaron un proyecto de catálogo sobre la segunda generación de la Bauhaus para la cual contactaron al arquitecto israelita Arieh Sharon (1900–1984) para publicar muestras de su obra y de su pensamiento, fundamental en la creación de la segunda Bauhaus. Es claro que el pensamiento y obra de los Meyer-Bergner siempre estuvieron estrechamente ligados a los valores socialistas de la izquierda y a su convicción política en contra del fascismo.
Para la exposición, Antunes también teje relaciones entre Léna Meyer-Bergner y otras creadoras que generaron nuevos discursos en torno al diseño, las técnicas de producción y en cómo los objetos responden a sus contextos sociales y políticos. Trude Guermonprez (1910–1976), Kay Sekimachi (1926), Michiko Yamawaki (1910), Charlotte Perriand (1903–1999) y Greta Grossman (1906–1999) vivieron vidas similares en las que tuvieron que emigrar o escapar de sus países a causa de la guerra y después hicieron importantes aportaciones en instituciones como el Black Mountain College o la Bauhaus. Referencias a su obra pueden descubrirse en las esculturas de Antunes y sirven como un punto de encuentro entre la intención original de las diseñadoras y arquitectas que les dieron vida y la mente inquisitiva de la artista. Cada elemento de las esculturas retoma una técnica y material específico que fue estudiado y desarrollado por las diseñadoras ya que, al estar en nuevos territorios, se encontraron con tradiciones artesanales que fueron retomadas dentro de su práctica. El uso cuidadoso de una gran variedad de materiales que van desde tejidos en bronce y yute, cuero, bambú y madera, forman esculturas arquitectónicas que velan y revelan el espacio de la galería y provocan el desplazamiento rítmico del público entre ellas.