kurimanzutto se complace en presentar Varios y diversos, la segunda exposición de Jimmie Durham en la galería. En esta ocasión, el artista presenta una breve retrospectiva de su carrera con obras que van de 1970 a 2013; el espacio de exposición rectangular de la galería está dividido en secciones mediante el uso de cortinas de manera similar a un hospital militar de campaña. De esta forma cada pieza tiene su propia área de exposición; esta división entre obras marca también una distancia entre cada una de ellas y el espectador y amplifica su potencial poético.
Tal es el caso de Anti-art (1997): la obra se encuentra encerrada por una cortina dividida para crear una entrada/salida al frente, su única forma de acceso. No hay entradas por los lados y en su interior sólo puede haber, según instrucciones del artista, dos personas a la vez.
Algunas las obras expuestas se acompañan, como es habitual en el trabajo de Durham, de textos que declaran su funcionamiento, dan antecedentes de su contexto histórico o explican, con candor y poesía, la motivación del artista.
Jimmie Durham encuentra objetos diversos y materiales de cualquier tipo y los conserva en espera de una ocasión propicia en la que los yuxtapone y transforma en nuevas composiciones como Various Elements from the Actual World [Varios elementos del mundo real] (2009) y I Will Try to Explain [Trataré de explicar] (1970-2012), ambos presentados en esta exposición. «Con frecuencia son cosas de una humildad profunda las que me encuentran a mí» escribe Durham en el texto que acompaña una de sus obras, «me encantan, pero rara vez sé que hacer con ellas. Cuando los junto es como una confesión de pecados [...] una vez que lo he soltado no puedo retractarme… no puedo deshacerlo.»
Entre tal variedad de materiales, tanto naturales como artificiales, Durham siente particular atracción por aquellos que a lo largo de la historia han sido utilizados para crear herramientas: huesos, madera, plumas y rocas que en sus caminatas encuentra y guarda. Para él la roca es la máxima forma escultórica: aunque a partir de su labrado puede crearse una forma representativa, cada roca es, dados los elementos naturales que la forman, una escultura entrópica que cambia lentamente a lo largo del tiempo. Durham ha presentado la roca en todo tipo de situaciones y contextos, incluso como figura narrativa como en la obra Pedro Delrio (2013).
Varios y diversos «seduce porque aleja al espectador de la realidad, el espacio expositivo se transforma en contemplativo facilitando la recepción de otra forma de percibir el mundo. Jimmie Durham introduce al público en un juego: las obras, que en un principio parecieran caprichosas, seducen y adquieren valor; un significado que va más allá de la literalidad. A través de la experiencia subjetiva se reactiva un actividad sensorial autónoma»(1).
El trabajo de Durham es una conversación continua y el humor que impregna su obra escultórica es una estrategia táctica que parece inocua, pero que en realidad es altamente crítica. Plantea grandes preguntas que reflexionan sobre la historia de la opresión, la futilidad de la violencia y la impotencia de las minorías en el mundo.
(1) Viggiano, R. (20 marzo 2013), Le varietà di Jimmie Durham, Artribune