Para la última sesión de Siembra en kurimanzutto, el artista Jou Morales presenta una serie de pinturas recientes para la exposición Atlas de la loma. La obra surge a partir de una mezcla de sonidos y colores estridentes e hipnóticos, referentes gráficos de la cultura contemporánea, experiencias lúdicas y de la vida cotidiana que el artista ha plasmado en sus lienzos. Los seres que representa, disformes y palpitantes, mutan, se autoconstruyen, canibalizan, mezclan y colapsan en una narración no lineal. Estos protagonistas se desarrollan en escenarios que son acercamientos a elementos de la composición de otros cuadros del proyecto, sin que exista un principio o fin en esta serie. Un hueso, una célula o una roca, expandidos, pueden ser ahora un tercer plano que alberga nuevos elementos que se ampliarán en otro cuadro. Todas las piezas se entrelazan y generan un ciclo sin narración hecho de pausas, réplicas, descansos y citas de si mismas.
3, 2, 1…………………… Se cae la cortina.
Masas amorfas o chicles vagan por las calles pútridas debajo
de suelas y pies descalzos, esta sustancia de colores pastel va
adquiriendo materia sólida, basura microscópica y desechos
orgánicos que aumentan su volumen.
¿Podría volverse incontenible, podría aplastarnos?
En su transitar la amalgama deja partes de si en diferentes
zonas del paisaje, crea ecosistemas microscópicos que a su
vez dan pie a nueva vida.
Todo es un ciclo, nada perece, todo sigue palpitando
¿A cuántos GHz?
¿Qué pasaría si un vago comiera esta masa, o un perro, o
algún transeúnte colocado hasta la médula?
Imaginemos ese transitar en el interior de sus cuerpos,
desfrangmentándose lentamente y fusionándose con su ser,
subiendo rápidamente por su espina dorsal. Contemplando
desde ese mítico páramo un abismo hacia lo desconocido,
pensamientos y cosas indescifrables, la inmensidad de la
conciencia.
David Friedrich habrá pensado en eso para
el “Caminante sobre un mar de nubes”?
Como cualquier cosa que ingiere el cuerpo, ésta debe ser
expulsada.
Silencio……………………………………….
Se repite el ciclo, cambian los personajes, cambia la
escenografía.
Sigue siendo la misma vida.