Adrián Villar Rojas emergió en la escena artística de Buenos Aires con exposiciones en 2004-2005, y logró un mayor reconocimiento en 2008-2009 en exposiciones internacionales en Ecuador y Puerto Rico. En 2009 produjo su ya icónica "Mi familia muerta", una enorme ballena varada en un bosque, para la 2da Bienal del Fin del Mundo en Ushuaia, Argentina. Desde 2010, su reputación ha crecido con la presentación de nuevas obras a gran escala, como "Las mariposas eternas" (las mariposas eternas) en la Galería Kurimanzutto en la Ciudad de México, y "Mi abuelo muerto" (mi abuelo muerto), una instalación de sitio específico en Berlín.
Adrián Villar Rojas, una estrella en rápido ascenso del mundo del arte argentino, representó a su país natal en la Bienal de Venecia de 2011. Con tan solo 31 años, en ese entonces, fue uno de los artistas más jóvenes en recibir los honores de representación nacional.
Rojas produce obras multimedia que abordan cuestiones amplias, incontestables pero urgentes sobre la naturaleza de la humanidad y el destino del mundo. Su entrada para la Bienal de Venecia 2011 prometió continuar la línea de esculturas monumentales de arcilla que comenzó con "Mi familia muerta", explorando temas de múltiples realidades y la naturaleza de las producciones estéticas finales de una civilización, "la última obra de arte de la humanidad".