Petrit Halilaj Is the Winner of the Nasher Prize for Sculpture
El artista de Kosovo se enteró de que había ganado uno de los premios más prestigiosos del mundo del arte mientras se enfrentaba a un presunto incendio provocado antes del estreno de su ópera en dicho país.
Por Zachary Small.
El artista Petrit Halilaj aún recuerda cuando abandonó su hogar a los doce años: fue durante un capítulo brutal de la guerra de Kosovo, en 1999, cuando su familia se dirigió a un campo de refugiados en Albania después de que las tropas serbias incendiaran su pueblo. Un psicólogo del campo le recomendó que se dedicara al dibujo como vía de expresión creativa, y más de dos décadas después, esto ha dado lugar a una célebre carrera internacional en el mundo de la escultura.
Reconociendo su capacidad para entretejer narrativas personales sobre la libertad y el desplazamiento en su obra, un jurado compuesto por artistas y curadores lo ha nombrado ganador del Premio Nasher 2027. El premio está dotado con 100 000 dólares y ofrece la oportunidad de diseñar una programación pública con el Nasher Sculpture Center de Dallas. Este galardón llega tras una serie de exposiciones destacadas del artista, entre las que se incluyen la obra encargada el año pasado para la azotea del Metropolitan Museum of Art y una exposición individual en el museo Hamburger Bahnhof de Berlín, inaugurada en septiembre.
El premio es uno de los más prestigiosos del arte contemporáneo y Halilaj declaró en una entrevista que tenía la intención de donar el dinero a su organización sin ánimo de lucro, the Hajde! Foundation. Esta fundación ha estado trabajando para reconstruir la Casa de la Cultura de Kosovo, destruida durante la guerra. "Estoy obsesionado con reabrirla y este premio será una garantía más", afirmó el artista, que predijo que el centro artístico volvería a abrir sus puertas en los próximos dos años, casi tres décadas después de su destrucción.
Durante el verano, un representante del premio le informó de que había ganado, justo cuando el artista estaba pasando por una crisis. Había regresado a Kosovo para participar en la producción de su ópera Syrigana, con música de Lugh O'Neill y Nina Guo. La ópera, que lleva el nombre de una ciudad de etnia albanesa y serbia, cuenta la historia de un mito kosovar sobre Adán y Eva, quienes se casaron en Syrigana tras ser expulsados del Jardín del Edén. La ópera fue un encargo de la Filarmónica de Kosovo.
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