En la obra de Nairy Baghramian cada pieza tiene un papel que desempeñar. Aunque es en gran medida una escultora, recientemente galardonada con el prestigioso Premio Nasher y con el encargo de la fachada 2023 del Museo Metropolitano de Nueva York, está muy sensibilizada con la interpretación y piensa en grupos, incluso dentro de una misma obra. Mostrar la contingencia y la contradicción forma parte de su método. Esto es evidente en la construcción de las obras, en sus diversas técnicas de fundición, moldeado, tallado y unión, y en su lenguaje formal de curvas, caídas, arcos y manchas. También está presente, a veces indirectamente, en los títulos de sus obras o exposiciones, que siempre anticipan y responden de algún modo a las condiciones de su entorno y a la dinámica perspectiva que aporta el público.