Una compleja negociación sobre valor económico, identidad, trauma e historia personal, “Por qué no fui tu amigo?” es la manifestación inaugural de un proyecto ambicioso, complejo, enraizado en el continuo interés de Ruvalcaba en cuestiones de economía, producción, utilidad y autoría. El principal punto de partida de este proyecto es la reciente entrega de una beca BBVA-Bancomer/MACG, beca de educación y producción para artistas emergentes en México.
Fascinado por la misión filantrópica del banco hacia la cultura, Ruvalcaba eligió tomar esta misión filantrópica y ponerla de cabeza, ligándola con un trauma familiar personal. Cuando aún era niño, su padre perdió la casa de la familia y otras propiedades familiares, resultado de presuntas malas decisiones financieras. Así, en un intento por recrear este infortunio familiar, vivirlo y hasta ejercerlo filantrópicamente, por decirlo de alguna manera, como un trauma, Ruvalcaba decidió buscar a otra persona que no sólo llevara el mismo nombre de su padre, Juan Manuel Aguilar, sino que de igual manera poseyera una deuda con BBVA-Bancomer, y luego pagar esa deuda simbólica de su padre con la misma beca.
Llena de obstáculos inesperados y golpes de suerte dignos de una novela, la variedad de acontecimientos que han acompañado la cruzada de Ruvalcaba por el deudor homónimo (que encontró) y el saldo de la deuda, han dado pie a la materialización formal de la exposición y el proyecto en general. La exposición en kurimanzutto consta de tres elementos discretos relacionados con el proyecto, que también cuestionan y desafían su propia condición como objetos de arte.
El primero es una edición del periódico a.m. en el que el artista originalmente publicó el anuncio para el deudor en tres fechas distintas, 31 de diciembre, 2014, 2 y 3 de enero, 2015. El ejemplar, junto con otros ocho conservados por el artista, se transforman en una edición de nueve (tres por cada día). Dado que el tiraje original del periódico era 16,000 por día, la designación de los ejemplares conservados como una edición artística se manifiesta claramente en una escasez más temporal que artificial. De hecho, es precisamente esta temporalidad la que conlleva la validez de los tres ejemplares de periódico, vis-à-vis con su anterior, comparativamente ilimitada abundancia, como una edición limitada de artista.
El segundo elemento de la exposición consiste en una vuelta de tuerca a las réplicas de la Fundación BBVA-Bancomer para pagar la deuda del deudor con la beca. Como narra la historia, el deudor homónimo que Ruvalcaba encontró tenía dos deudas con el banco, una más pequeña que la otra, de este modo llegadas a conocer por del artista, como “la deuda chica” y “la deuda grande”, respectivamente. Como tal, dada la anteriormente mencionada condición de la beca como beca de producción, el artista compró equipo para filmar y editar un video, que se exhibirá posteriormente en otro sitio; tal equipo es presentado en el suelo, a manera de venta de garaje. Virtualmente nuevos, los objetos están ciertamente a la venta, no en la galería, sino en el portal de subastas Mercado Libre. Por lo tanto, en un particular giro del readymade, la condición de estos objetos, ya sea estética o utilitaria, será determinada ultimadamente por quién los adquiera (p ej., coleccionista/institución o meramente alguien en busca de una nueva iMac).
El elemento final de la exposición aborda “la deuda grande”. Para esta pieza Ruvalcaba ha creado una edición que es el equivalente literal y representativo de la deuda grande. Ha sacado un préstamo en BBVA-Bancomer en billetes de 100 y 200 pesos, fotografiado individualmente cada billete, e inmediatamente ha liquidado la deuda. Los billetes en sí han sido recreados como obvias falsificaciones, dos de las cuales están dobladas y presentadas como “libros” (debido al hecho de que poemas microscópicos por el filósofo, guerrero, arquitecto, poeta y dirigente precolombino Nezahualcóyotl y la poeta mexicana barroca del siglo XXVII Sor Juana Inés de la Cruz están impresos en los billetes originales, Ruvalcaba se refiere a ellos como libros). La edición de la totalidad del equivalente completo de la deuda será vendida a uno de los herederos de Bancomer, quién ya ha aceptado comprarla.
Ruvalcaba entonces, presenta una exposición tan artísticamente cargada de contradicción y paradoja que parece estar al punto del colapso continuo. Sobra decir, que no es mera coincidencia que estas contradicciones y paradojas reflejen la naturaleza de las finanzas contemporáneas y la deuda misma.
–Chris Sharp